El legado de Carlos Cajade

El padre de los pibes 

El cura tercermundista que creó una casa y una familia para cientos de chicos que amo y cuido como a sus propios hijos.

Ubicado a las afueras de la ciudad de La Plata, el Hogar de La Madre Tres Veces Admirable Obra del Padre Cajade alberga chicos en distintas situaciones de vida, como la violencia familiar y problemas económicos, brindándoles una familia, educación y contención.

Transcurría la navidad de 1984 cuando Carlos Cajade, afuera de la iglesia San Francisco de Asís de Berisso, se encontró con tres niños en situación de calle que no tenían donde pasar las fiestas. Por lo que el cura decidió invitarlos a festejar la nochebuena con su familia. Así nació la idea de crear un lugar dedicado a resguardar y garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Hoy ese sueño se hizo realidad y en este residen alrededor de 100 niñeces, a quienes, dependiendo de su edad, se les asigna una casa donde vivirán con otros niños que rondan sus mismas edades. “Están con familias que ya viven en el hogar, se encuentran ahí las 24 horas de los 7 días de la semana. No son empleados que cumplen un horario y se van.” expresó Fernanda Caggianeli, la actual Abogada Del Niño, refiriéndose a los educadores y agregó que estos se incorporan a las familias, con niños que ingresan ahí por razones parecidas y también los hijos biológicos de los educadores (en caso de que los tengan).

Hoy en día el hogar funciona gracias al equipo técnico conformado por una Abogada Del Niño, una psicóloga, ayudantes y los educadores. Lo que lo diferencia de otras instituciones es la forma de vida en familia. Los niños no solo necesitan alojamiento y comida, además precisan una familia, contención y cariño.

La obra está conformada por emprendimientos, para que los chicos puedan capacitarse laboral y socialmente, entre las que se encuentran una panadería, una granja y una imprenta donde pueden colaborar voluntariamente y obtener una remuneración a cambio. Los productos que de ahí sostienen son consumidos por quienes viven ahí.

Son múltiples las causas por las que un chico termina viviendo allí: algunas pueden ser violencia intrafamiliar, las adicciones de sus padres o vivir en condiciones precarias. Es ahí cuando interviene la Justicia ordenando la medida de abrigo. Cuyo objetivo principal es la reinserción al núcleo familiar biológico. Pero si no se logra se presenta la opción de adoptabilidad. 

 “La realidad es que no todos los chicos terminan en adopción, o porque no quieren o muchas veces no hay en los listados familias que compatibilizan con su vida” destacó Fernanda. 

Desde el hogar piensan en la adopción como última opción, ya que hubo casos donde aparecieron personas con intenciones de adoptar a un niño, pero luego se arrepintieron, devolviéndolos. Dejándoles una gran sensación de abandono. 

Rosario Benadellios, una de las educadoras del hogar recordó: “A una de las nenas que tuvimos se la solía llevar una familia todos los fines de semana, le regalaban ropa y juguetes nuevos generándole una ilusión. Así la tuvieron 6 meses, luego decidieron no adoptarla”. Ella era Erica, hermana de Silvana Sosa.

Silvana “La China” tiene 22 años y hasta sus 18 vivió en el Hogar del Padre Cajade, ingresó junto a su hermana cuando ambas eran bebés. Por problemas económicos en su casa y por la salud psíquica de su madre no podían estar allí, por lo que se llevó a cabo esta medida de abrigo”.Antes de que se tomara la decisión de vivir en el Hogar, había ayudantes de ahí mismo que nos aportan comida y contención, pero eso no funcionó”, contó Silvana.

“No supe siempre mi historia: más o menos a los 17 años empecé a preguntar. Supongo que no te cuentan realmente por qué terminaste ahí para resguardarte”, expresó.

Al ingresar un niño se le asigna una casita, constituida por un educador y varios chicos en su misma situación. “Nosotros sabemos que no es nuestra familia, pero se generaba un vínculo igual”, comentó.